miércoles, 18 de febrero de 2015

CONFERENCIA GUSTAVO RESTREPO

SOSTENIBILIDAD URBANA: GUSTAVO RESTREPO.


"La arquitectura social no es un proyecto que sale de un sombrero. Se requiere de mucha entereza y disciplina, primero de los políticos que comprendan que el primer paso está en las decisiones que ellos tomen; segundo que exista una comunidad y técnicos comprometidos, y que se respete la vida en pro de un mejor mañana", dice Restrepo.

A diferencia de lo que se suele hacer, las intervenciones en Medellín fueron en las zonas más periféricas. 

¿Cómo nace esa iniciativa?

Hay que remontarse hasta la década de 1980, cuando el narcotráfico dominaba la ciudad y teníamos 381 homicidios cada 100 mil habitantes. Recién en 2003 comienza una política distinta, enfocada a invertir los recursos del municipio en los lugares no necesariamente más turísticos, e invertir esos recursos donde los índices de desarrollo urbano no eran los más altos. Esos índices estaban en lugares periféricos.

Se rompió esa costumbre de mejorar donde van los turistas.

Es verdad. Desafortunadamente se cree que invertir en esos lugares va a producir grandes ingresos, porque los turistas encuentran una ciudad amable y organizada. Pero al invertir en los lugares con condiciones sociales más bajas también se puede fortalecer la economía. Para esto, debe haber no solamente una política de mejoramiento de espacio público, sino una visión integral (económica, urbana, social, ambiental y cultural) que forme una estrategia centrada en recuperar esas comunidades. Ellas se verán influidas no sólo por el mejoramiento del espacio, sino por la economía. Son políticas distintas, pero por fortuna para Medellín hubo una visión distinta, en la que el recurso fue a los más humildes, y eso no quiere decir que no sean lugares de atracción turística, porque se convirtieron en eso.

¿Cuáles fueron esas intervenciones? 

Con todos estos indicadores, el entonces alcalde Sergio Fajardo tomó una decisión estratégica, entendiendo que todo lo que gira con la educación –la cultura, la movilidad, los edificios públicos– debería ser una manera de reflexión en torno a la cualificación del entorno y del ciudadano. Y se empezó a tocar esos lugares con bajos índices de desarrollo, articulando con edificios de calidad, espacios públicos de calidad, educación de calidad, con seguridad en términos de gobernabilidad y gobernanza que empiezan a transformar. Es importante resaltar que el “cómo” se logra haciendo participar a la ciudadanía de su desarrollo.

Así comenzaron con escuelas y bibliotecas

Fue un tema trabajado desde la cultura y no para la cultura. Con esto vino “el ejemplo educa”, si un alcalde hace las cosas correctamente la gente se porta de manera correcta. Se empezó por las bibliotecas, los colegios y los espacios públicos, articulados con espacios deportivos y movilidad, porque llegar a estos territorios era muy complejo, Medellín es un valle muy cerrado que crece sobre montañas. Y los lugares más pobres están más arriba en las montañas. Esto empieza a generar un ambiente positivo, la comunidad puede salir nuevamente al espacio público, se reduce notoriamente la tasa de homicidios, bajando a 27 por cada 100 mil habitantes. No sólo en esa primera administración, sino las dos posteriores siguieron con la misma política.

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